Los Foros Imperiales

La necesidad de ampliar y adecuar al multiplicarse las necesidades del viejo centro político y administrativo de la ciudad y del Estado, y para brindarle un aspecto más imponente y más noble, dio origen, a fines de la edad republicana, a la creación de esos maravillosos conjuntos urbanísticos arquitectónicos que fueron los Foros Imperiales.
César fue el primero que, en el año 54 a.C. concibió ampliar la antigua “plaza” del Foro Romano mandando construir una nueva, adyacente, a los pies de la Roca Capitolina. Nació así un nuevo Foro designado más adelante con el nombre del dictador (Forum Iulium). De forma perfecta de rectángulo alargado (según el estilo de las plazas públicas de las grandes ciudades helénicas), se hallaba flanqueado de pórticos en tres lados y dotado de un templo en el centro del lado del fondo.
El Foro de Augusto también se proyectó basándose en este mismo modelo unos cincuenta años después; éste cubría una superficie de más o menos iguales dimensiones y estaba situado al este del Foro de César, junto al popular “barrio de la Suburra” (que había sido derrumbado en gran parte para construir ambos foros) del cual fue separado mediante una alta muralla de piedra como protección contra los incendios que a menudo se producían en ese caserío. La única novedad del Foro de Augusto fue la de tener, en correspondencia de los pórticos situados en los lados más largos junto al templo dos grandes exedras con las paredes decoradas con semicolumnas y nichos con estatuas.

Con los dos nuevos Foros, el centro administrativo y monumental de Roma fue suficientemente ampliado y cuando el emperador Vespasiano, después de triunfar en la guerra contra los judíos entre los años 71 y 75 d.C., dispuso la construcción a poca distancia del Foro de Augusto de un templo dedicado a la Paz, en el que depositó los restos del templo de Jerusalén, este templo se podía considerar en realidad como una continuación del conjunto de los Foros. El templo de la Paz, por cierto, precedido por un gran espacio libre, de forma rectangular con jardines y rodeado de pórticos por tres lados, no difería demasiado de una plaza forense. Cuando más delante, Domiciano utilizó el escaso espacio libre entre el Foro de Augusto y el Templo de la Paz para construir un nuevo Foro (llamado “de Nerva”, inaugurado en el año 97, o “Transitorio” por su función de trámite) se formó un conjunto único y orgánico sin solución de continuidad y de comunicación directa.


Friso con Victorias desde la nave central de la basílica Ulpia

Otro Foro más fue añadido, entre los años 107 y 112 d.C. por el emperador Trajano, quien encargó su construcción al célebre arquitecto Apolodoro de Damasco. Para su realización, debido al Quirinale) y se derribaron edificios y monumentos de cierta importancia. De tal manera que el centro administrativo y la ciudad vieja se enlazaron directamente con la “ciudad nueva” que se había desarrollado en el Campo Marcio.