La Casa de las Vestales

Junto al Templo de Vesta, la Casa de las Vestales era la residencia y desde oficial de las sacerdotisas encargadas de la custodia del fuego sagrado, que ardía en el templo y de los ritos vinculados al culto del lar. La Casas(que con razón ha sido considerada como prototipo de los conventos modernos) había sido construida alrededor de un amplio patio jardín rodeado de pórticos a los cuales se asomaban ambientes destinados a la estadía y al hospedaje de las Vestales, a los servicios y al personal encargado de ellas. La Casa gozaba de autonomía: aún se distinguen fácilmente la cocina, el molino, y el horno. En el piso superior se hallaban las habitaciones privadas con baño y sistema de calefacción, mientras que en el lado principal de la planta baja se encontraba una capillita dedicada a los Lares, flanqueada por tres habitaciones en cada lado, que es lógico atribuir a las Vestales. En el lado opuesto un gran ambiente se identifica como el “triclinio”.

El edificio de forma irregular, que surge al sur de las Casa de las Vestales, era el Palacio (Regia), morada del rey Numa según la tradición y luego sede del Pontífice Máximo hasta que Augusto lo donó a las vestales.
Frente a la Casa de las Vestales, al otro lado de la Vía Sacra, se hallaba una monumento imponente constituido por un cuerpo central cilíndrico techado con una cúpula, con la fachada cóncava, en la que se abrían cuatro nichos destinados a estatuas, y rodeado por dos cuerpos laterales. El portal se hallaba flanqueado por dos columnas de pórfido con capiteles de mármol blanco. La gran puerta de bronce, aún perfectamente conservada, es la original. El edificio se indica como el Templo del Divo Rómulo, dedicado al hijo de Majencio, quien falleció joven en el año 307 d.C. y fue divinizado. Es sumamente probable, sin embargo, que se le atribuya otra identificación aún por definir y que se trate de la rehabilitación de un edificio anterior para construcción de un templo.